miércoles, 22 de julio de 2015

LA NUEVA TEOLOGÍA CONCILIAR BORRO LA CREENCIA EN EL LIMBO


Marco Antonio Guzmán Neyra | Facebook


Hace unas semanas estaba explicando a los jóvenes de la catequesis de Confirmación la doctrina católica sobre los Novísimos (Muerte, Juicio, Cielo, Infierno y Purgatorio) cuando de pronto me vino a la mente: ¡Cuánto tiempo sin oír hablar a nadie sobre el Limbo! ¿Qué es lo que ha ocurrido para que desde el Vaticano II hasta ahora, obispos, papas, teólogos, apenas hablen del Limbo? De hecho, si le preguntamos a cualquier persona de menos de veinte años lo que es el Limbo probablemente se encoja de hombros y nos diga que es la primera vez que oye hablar de él. Movido por la curiosidad, me puse a investigar, y estas son las conclusiones que he podido sacar y que ahora comparto con ustedes.
La teología tradicional siempre nos dijo que el Limbo era un lugar y/o estado de felicidad natural donde estaban las almas de aquellas personas que habían muerto sin el bautismo y sin cometer pecados personales. Ejemplo: aquellos bebés que mueren antes de ser bautizados. Los seres que estuvieran en el Limbo, no gozarían de la visión beatífica de Dios, pero tampoco sufrirían por ello, pues nunca habrían conocido la gracia[1]. Permanecerían en el Limbo con una mera felicidad de orden natural (Santo Tomás de Aquino).
Siempre se nos dijo que el Limbo no era un dogma de fe, sino el resultado de un razonamiento teológico como consecuencia de intentar compatibilizar ciertas verdades teológicas que sí que eran dogmas de fe[2]. A saber:
  • Cuando un niño nace tiene el Pecado Original: dogma de fe.
  • Nadie con pecado grave puede ir al cielo: dogma de fe.
  • Nadie sin pecados graves personales puede ir al infierno: dogma de fe.
  • La gratuidad de la salvación. La vida sobrenatural es un don o regalo gratuito de Dios al hombre. La salvación eterna no es un derecho del hombre, sino que es resultado del don gratuito de Dios. Es por ello que nadie puede exigir de Dios el derecho de irse al cielo, a no ser que cumpla las condiciones que Dios ha prescrito para ello. A saber: estar en gracia de Dios. La gracia se obtiene, principalmente a través de los sacramentos. El perdón del Pecado Original se obtiene a través del bautismo (sacramental, de sangre o de deseo).
Cuando los teólogos intentaron dar una respuesta al problema de qué es lo que ocurría con los niños que morían -sin haber cometido pecados personales- antes de ser bautizados, buscaron en las Sagradas Escrituras y en la Tradición de la Iglesia (fuentes de la Verdad Revelada) y no encontraron nada revelado por Dios al respecto; por lo que valiéndose del razonamiento teológico concluyeron en la necesidad de pensar en la existencia de un lugar o estado llamado Limbo, en el cual, los seres que allí se encontraran, no sufrirían las penas del infierno, pero tampoco tendrían la visión beatífica. Es decir, gozarían de una “felicidad natural” y no de la “felicidad sobrenatural” (propia del cielo).
Con esta respuesta, y ante la carencia de una verdad revelada por Dios, salvaguardaban todos los principios teológicos que estaban en juego.
 ¿Pertenece la doctrina del Limbo a la Iglesia Católica?
Sí. Algunos dicen que la doctrina del Limbo nunca fue una doctrina de la Iglesia Católica, lo cual es falso. Aparece ya reflejada en el II Concilio de Lyon y en el Concilio Ecuménico de Florencia.
“Los niños (que mueren sin el bautismo y sin cometer pecados personales) sólo sufren la pena de daño, la privación de Dios, pero no la de sentido”. (Concilio Ecuménico de Florencia, Decretum pro Graecis, Bula Laetentur coeli, Denz. 693. Concilio II de Lyon, Dnz. 464)
El Concilio de Trento (cap. X, nº 9) declaró fuera de la Iglesia a los infieles, a los herejes, a los cismáticos y a los excomulgados. Y el Concilio Vaticano I, por su parte, hizo constar que “las herejías proscritas  por los P.P. de Trento se han dividido poco a poco en múltiples sectas, separadas y en luchas entre sí, de tal modo que no pocas han perdido toda fe en Jesucristo. Han llegado a no tener por divina la misma Santa Biblia, que, antes afirmaban que era la única fuente y el único juez de la doctrina cristiana y la han asimilado a las fábulas míticas. Con ello, después de haber arrojado a Cristo, nuestro solo Señor y Salvador, del alma humana, de la vida y de las costumbres de los pueblos… el espíritu  de muchos se ha arrojado a los abismos del panteísmo, del materialismo y del ateísmo y se esfuerzan por destruir los primeros fundamentos de la sociedad humana”.
Pio XII, el 29 de Octubre de 1.951, decía a la comadronas italianas: “Un acto de amor puede bastar al adulto para conseguir la gracia suficiente y superar el defecto del Bautismo, pero al no nacido aún o al recién nacido este camino no les está abierto y de ahí la gran importancia de proveer el Bautismo del niño privado del uso de razón (porque) el estado de gracia es absolutamente necesario para su salvación (Jn 3:5). Aunque aquí no se nos habla del Limbo, se menciona que el bautismo es necesario para la salvación.
El conocido teólogo Antonio Royo Marín O.P., muerto hace diez años, enseñaba que el Limbo es una doctrina completamente cierta en Teología[3]; opinión que comparten Ángel Santos Hernández S.J. al escribir que “La existencia del Limbo hay que aceptarla en la doctrina sana teológica”.
La idea del Limbo para los niños llegó a convertirse en una doctrina católica común, enseñada como tal a los fieles, hasta mediado el siglo XX. Sin embargo, hay que recordarlo, nunca fue declarada como dogma de fe ni como algo definitivo, sino como una solución teológica a un problema sobre el cual no había una verdad revelada.
¿Qué ocurrió con esta doctrina a partir del Concilio Vaticano II?
En el siglo XX los teólogos buscaron nuevos caminos para solucionar el problema al que nos estamos refiriendo; especialmente para intentar conciliar la voluntad salvífica de Dios, -que también miraría a los niños que mueren, antes o después de nacer, sin haber recibido el bautismo-, con la doctrina según la cual sólo a través de la eliminación del pecado original es posible lograr la visión beatífica.
Múltiples han sido los intentos, la gran mayoría de ellos provenientes de la teología progresista, pero las soluciones que han dado no ofrecen una explicación teológica que sea capaz de respetar todos los dogmas que entran en juego, por lo que al final tienen que concluir diciendo que no saben nada cierto y que confían que la misericordia de Dios salve a estos niños.
Veamos algunas de estas teorías y después explicaremos cómo surgieron y las consecuencias que están teniendo.
+ En la Gaudium et spes n. 22 (constitución pastoral del Vaticano II) se nos explica cómo Cristo ha asociado a su misterio pascual a todos los hombres. De modo especial, están asociados los creyentes (los que han recibido el bautismo y viven coherentemente con su condición de hijos en el Hijo). Pero también, por vías que no conocemos, se unen a Cristo quienes no han sido bautizados. Dice el texto:
“(…) Esto vale no solamente para los cristianos, sino también para todos los hombres de buena voluntad, en cuyo corazón obra la gracia de modo invisible. Cristo murió por todos, y la vocación suprema del hombre en realidad es una sola, es decir, la divina. En consecuencia, debemos creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien a este misterio pascual”.
+ Después del Concilio Vaticano II el concepto del Limbo fue abandonado por amplios sectores de la teología. De hecho la Instrucción de la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe del 20 de octubre del 1980 deja abierta la posibilidad de que tales niños se salven, aunque sólo se tenga la certeza de la salvación de los que reciben el bautismo.
+ El Nuevo Catecismo de la Iglesia Católica, #1261, dice:
En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina… La gran misericordia de Dios nos permite confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo.
La Comisión Teológica Internacional publicó un documento el 20 de abril del 2007, que no es Magisterio de la Iglesia, en el que decía (resumimos):
– Hay buenas razones para tener esperanza que los bebés que mueren sin ser bautizados vayan al cielo.
– El concepto tradicional de Limbo – como lugar donde los bebés no bautizados pasan la eternidad sin comunión con Dios – parece reflejar «una visión demasiado restrictiva de la salvación».
-La Iglesia continua creyendo que, por el pecado original, el bautismo es el camino ordinario de salvación para todos y urge a los padres que bauticen a los bebés.
-Enfatizamos que estas son razones para esperar en oración más que fundamentos para un conocimiento seguro. La Iglesia no tiene conocimiento seguro sobre la salvación de los bebés que mueren sin bautizar.

Y de hecho, en ningún documento magisterial del Vaticano II o posterior se menciona ya el tema del Limbo.
¿Por qué “algunos” han abandonado la doctrina sobre el Limbo?
A partir de la segunda mitad del siglo XX, varias razones se sumaron para que muchos teólogos, la gran mayoría de tinte modernista, intentaran acabar con la creencia común de los fieles en el Limbo.
Una de ellas fue el rechazo del lema que había estado presente en la Iglesia Católica desde sus orígenes: “Fuera de la Iglesia no hay salvación” (Extra Ecclesiam nulla salus), por considerarlo anti-ecuménico. Aceptar esta premisa obligaba a muchos teólogos a replantearse los principios modernistas sobre los cuales habían fundamentado su teología.
El Modernismo, que había sido duramente combatido y rechazado por el Magisterio de la Iglesia desde finales del siglo XIX hasta mediados del XX, está desde esta fecha ejerciendo un poderoso influjo dentro de la Iglesia, intentando cambiar muchas de sus enseñanzas y así poderlas hacer compatibles con las “crípticas herejías” que el Modernismo defiende. A saber:
  • La doctrina del Cristianismo Anónimo de Karl Rahner. Que resumiendo y simplificando dice: Todo el mundo, incluso los no creyentes, son en el fondo “cristianos anónimos” y por lo tanto, merecen la salvación.
  • Un ecumenismo mal entendido en el que se pone al mismo nivel todas las religiones. Se habla de una Iglesia de Cristo, a la cual pertenecerían la Iglesia Católica, las Confesiones Protestantes…, incluso a ella pertenecerían de algún modo, aquellos que son ateos y rechazan a Dios.
  • La doctrina de la salvación universal. Todos los hombres, incluso aquellos que directamente rechazan a Dios y a Cristo, habrían sido salvados. Con ello se elimina indirectamente el infierno. Estos teólogos dicen que si el infierno existe, está vacío, pues la misericordia de Dios es incapaz de condenar a nadie para toda la eternidad. Y yo les preguntaría: ¿dónde queda la gratuidad de la salvación? ¿dónde queda la libertad del hombre? Si el hombre está salvado, a pesar de que él mismo odie a Dios, sería un acto de injusticia por parte de Dios el hecho de salvarle.
  • El poderoso influjo que la Masonería está ejerciendo en la Iglesia Católica, intentando borrar todas las aristas de separación que hay entre las diferentes religiones para así “unir a todos los hombres en una religión común” que no tendría valores sobrenaturales, sino que se fundamentaría en los principios masónicos de la pura felicidad terrenal. Principios que por otra parte incluyen un directo rechazo de Dios; ya que la Masonería, en último término da culto al demonio.
  • El modo de proceder de muchos teólogos modernistas no es tanto negar abiertamente una verdad en la que ellos no creen, o afirmar rotundamente las que ellos defienden; sino que se mueven haciendo afirmaciones sobre un aspecto que líneas más abajo ponen en duda o niegan; por lo que el resultado final es una teología confusa, sin aristas ni precisiones y de donde se puede sacar cualquier conclusión a su favor. Ahora bien, cuando un teólogo que siga de verdad el Magisterio de la Iglesia intente criticarlos le será muy difícil ya que el lenguaje que la teología progresista utiliza no es claro y preciso, sino todo lo contrario; es decir, confuso y vago.
A partir de todas las afirmaciones que la teología progresista realiza, sacamos en claro las posturas que ellos defienden. A saber:
  • Hay que eliminar el Limbo pues es un obstáculo para poder justificar las modernas doctrinas ecuménicas.
  • La relativización de la religión. No hay una religión verdadera, sino que todas de un modo u otro tienen trazos de “verdad”. Cualquier camino o religión es igualmente válido para la salvación.
  • Se elimina el valor salvífico y la necesidad del sacrificio de Cristo para nuestra salvación. El hombre se puede salvar sin la necesidad de acudir a Cristo.
  • Se elimina la necesidad de recibir los sacramentos para la salvación ya que el hombre se puede salvar sin ellos.
  • Y muchas otras consecuencias que no es ahora el momento de explicitarlas.
Es por ello, que la eliminación del Limbo es en el fondo un ataque directo contra nuestra fe. Mientras que no se encuentre una explicación que sea más satisfactoria, todo cristiano debe defender la existencia del Limbo.
Concluyendo
La doctrina teológica modernista actual abandona la enseñanza del Limbo y lo justifica en el hecho del amor misericordioso de Dios, que quiere que todos los hombres se salven. Ahora bien, al rechazar el Limbo y creer en la salvación de aquellos que mueren sin bautismo y sin pecados personales, va en contra de la gratuidad de la salvación. Suponer que la elevación al orden sobrenatural (el cielo) es un derecho del hombre por el mero hecho de existir, va en contra de la gratuidad del orden sobrenatural. Querer que estas personas se salven, valiéndose de la “misericordia” de Dios, no es razón teológica suficiente. La teología modernista actual no acepta que para Dios justicia y misericordia se identifican. Dios nunca puede realizar un acto de misericordia si por ello va en contra de la justicia.
La actitud más sabia y humilde es la de la Teología de siempre: Respecto a la situación de los que mueren sin cometer pecados personales y al mismo tiempo no habrían sido bautizados, no hay doctrina revelada. Y la única actitud teológica que se puede tomar es la de defender un lugar/estado de “felicidad natural” al que llamamos Limbo para esas personas. La solución de pretender salvar a esas personas acudiendo a la misericordia de Dios no tiene justificación teológica, al tiempo que crea problemas teológicos difíciles de resolver.
Con ello salvaguardamos los dogmas teológicos respecto a las condiciones para la salvación y la gratuidad de la misma. La hipótesis moderna que elimina el Limbo es el resultado de un “buenismo” infundado que no respeta el dogma, la gratuidad de la salvación y la libre disposición de Dios.
Padre Lucas Prados
COMENTARIOS VARIOS : 
  1. ricardo de Barcelona
    Gracias a Dios, no podía abrir sus cartas..
    • Padre Lucas Prados
      Como podrá comprender, periódicos como El Mundo, El País, y muchos otros, siempre tienden a dar sensacionalismo a las noticias que ofrecen; por lo que nunca pueden ser un lugar donde uno pueda ir a buscar información seria y objetiva; y mucho menos cuando es hace referencia a un tema teológico.
  2. En la Cuarta Edición revisada de su Teología de la Salvación, Royo Marín deja clara su postura definitiva sobre el tema:
    “Con lo cual, desaparece por completo la necesidad del llamado “Limbo de los niños”, que nunca fue enseñado por la Iglesia y que ha sido abandonado, con razón, por todos los teólogos católicos del mundo”.
    Salu2. Paz y Bien.
    • Denzinger 1526
      Tengo casi todos los libros del P. Royo Marín, pero ediciones anteriores al Concilio. Todo bien claro y bien documentado. Después, le habrán añadido y quitado lo que hayan querido. Con todo, no entiendo cómo un maestro de teología tan excelente como Royo Marín pudo decir (quizás se lo hicieron decir, o tal vez por su avanzada edad empezaba a perder facultades) eso de que la doctrina del Limbo “nunca fue enseñada por la Iglesia”. Porque él desde luego ponía siempre en sus libros numerosos argumentos y citas de las Escrituras y del Magisterio. Y el Limbo estaba también en el todos los catecismos de antes del Concilio: Trento, Ripalda, Astete, el de S. Pío X… Y la cita que pongo del Denzinger no puede ser más clara. Magisterio puro condenando una enseñanza herética.
    • Padre Lucas Prados
      Estimado Eagleheart
      Entre la 3ª edición de la Teología de la Salvación del P. Royo Marín, que es del 1967 (más o menos) y la 4ª edición (1997), pasaron 30 años. Cuando se hizo la 4ª edición el P. Royo Marín tenía ya 84 años, y él no pudo controlar todos los cambios que “otros teólogos” hicieron valiéndose de su nombre.
      Le incluyo aquí un resumen que compendia el estado de la cuestión:
      “A falta de datos específicos en la Sagrada Escritura, es necesario recurrir al pensamiento de los Padres que han afirmado claramente la existencia del Limbo. (cfr. S. Gregorio Nacianzeno, Oratio 40, in Sanctum Baptisma, 23: PG 36,385390; S. Agustín, Enchiridion, 93: PL 40,275), y tener presentes los datos dogmáticos y los presupuestos teológicos en que fundamentan esa afirmación. Estos presupuestos son principalmente:
      a) distinción esencial entre lo natural y lo sobrenatural,
      b) herencia universal del pecado de origen y sus consecuencias,
      c) gratuidad de la salvación,
      d) canalización de la gracia salvífica a través de los sacramentos, en este caso el Bautismo, que es necesario, con necesidad de medio, para salvarse.

      Armonizando todos estos datos, y teniendo en cuenta la misericordia de Dios y también su justicia, como los Padres de la Iglesia y los teólogos llegaron a la conclusión de que el Limbo es solución inevitable como lugar y estado de aquellos que habiendo muerto antes de llegar al uso de razón y sin Bautismo, y por tanto con pecado original pero sólo con él, son privados de la visión de Dios, que es don gratuito y sobrenatural, aunque no sean castigados con penas aflictivas, sino que pueden gozar de la felicidad natural que hubiese alcanzado el hombre en el estado de naturaleza pura”.

      Enciclopedia GER, Rialp, voz Limbo
    • Leopoldo Varela
      A una vidente muy conocida el Señor le dijo, consternado por la cantidad tan inmensa de pecadores que van rumbo a la condenación, que si el Cielo no se alcazaba a llenar, sacaría a los niños recluidos en el Limbo, para llenarlo.
  3. Denzinger 1526
    «Es falsa, temeraria, injuriosa a las escuelas católicas la doctrina que rechaza como pelagiana aquel lugar de los infiernos, designado generalmente por los fieles con el nombre de limbo de los niños, en el que son atormentados con la pena de daño, mas no con la de sentido, las almas de los que mueren con la culpa original, como si por el mismo hecho de excluir la pena de fuego, indicasen que aquel lugar es como un estado medio, libre de culpa y de pena, entre el reino de Dios y la eterna condenación, según imaginaron los pelagianos». (Pío VI, Const. Auctorem fidei, 28-8-1794, pro. 26 Inter damnatas, contra los errores del Sínodo de Pistoia.)
  4. humberto davila
    porque se dice que el demonio triunfa con el aborto si los niños se van al limbo, como lo dicen los atienden el
    caso del poseso mexicano del año pasado que fue al vaticano donde dicen que el demonio recupera los sacrificios perdidos por la aparición de nuestra señora la virgen de guadalupe
  5. Sí la hipótesis del limbo es correcta, eso hace automáticamente al aborto infinitamente más abominable, un triunfo de Satanás que impide que puedan ver a Dios, millones y millones de seres humanos asesinados en el vientre de su madre.
    Por las verdades dogmaticas descritas en el escrito, no es nada descabellado la existencia de un lugar así, además tenemos el antecedente de que antes de la redención de Cristo, los justos estaban en un lugar llamado el seno de Abraham.
    Me parece que sí se rechaza el limbo, la única solución coherente con la fe cristiana, es que Dios pruebe el alma del bebé que no fue bautizado, seria probado como fueron probados los ángeles, y como los ángeles habrían quien se salvara y quien se condenara.
    • Alejandro Colombia
      Excelente comentario Gerardus VIII…
    • Un aplauso por su respuesta.
    • De hecho, en las grabaciones del exorcismo a Anneliese Michel, el Demonio dice que los no bautizados no ven a Dios y por tanto el aborto le es muy agradable.
      • Servidor:
        Pues sí es así, (lo dicho por el demonio a través de Anneliese Michel) es desolador y a la vez verdades oscurecidas vuelven a resplandecer.
        Como la absoluta necesidad de ir a predicar a todas las naciones y bautizarlos a todos, también pone de manifiesto el terrible estado de rebelión y condenación eterna en el que se encuentra el género humano, que ameritó que la segunda persona de la Santísima Trinidad se encarnara, para rescatarnos y nos dijera:
        «Vosotros sois malos» (Lc 11,12). «Vosotros queréis matarme, a mí, que os ha hablado la verdad que oyó de Dios… Vosotros tenéis por padre al diablo, y queréis hacer los deseos de vuestro padre, que es homicida desde el principio y no se mantuvo en la verdad… A mí no me creéis porque os digo la verdad» (Jn 8,40-45). Yo he venido a buscar los pecadores, y para ofreceros la gracia de la salvación. Os aviso, pues, que camináis hacia una perdición eterna, ya que «ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí» (Mt 7,13).
    • Leopoldo Varela
      Podemos bautizar las almas de los niños recluidos en el Limbo y sacarlos de ese estado, ojalá diariamente. Vas a encontrarte al final de tu vida con miles de niños que saldrán a recibirte para acompañarte al Cielo, como si fueran tus hijos espirituales.
  6. Padre. Le hago una consulta sobre el tema que expone. ¿Qué enseña la Iglesia sobre el Bautismo de Deseo? (Leí esto en una visión de la Beata Ana Catalina Emmerich, que dice que uno de los Reyes Magos murió con el Bautismo de deseo: “Mensor, el de los cabellos negros, fue bautizado más tarde por Santo Tomás y recibió el nombre de Leandro. Teokeno, el de tez amarilla, que se encontraba enfermo cuando pasó Jesús por Arabia, fue también bautizado por Santo Tomás con el nombre de León. El más moreno de los tres, que ya había muerto cuando Jesús visitó sus tierras, se llamaba Sair o Seir. Murió con el bautismo de deseo” http://www.capillacatolica.org/AdoracionDeLosReyes.html).
    En este caso, la persona se salvaría?
    Y respecto de los niños no bautizados, pero cuyos padres querían hacerlo y no pudieron (perdieron el hijo antes de nacer), no estaríamos frente a un caso de Bautismo de Deseo??
    Hago las preguntas para saber, y no para llevar la contraria a la doctrina de la Iglesia. Pero reconozco que no entiendo bien, en este último caso, cómo si Dios quiere que todos se salven (1 Tim, 2,4), y los padres de la criatura rezan y hacen lo posible porque se haga la voluntad de Dios, no pueda salvarse el bebé.
    Distinto sería el caso del aborto, donde la pobre víctima no tiene padres que imploren por ella. Al contrario.
    Gracias por su respuesta
    JSD
    Me gustó el comentario de Gustavo VIII, sobre una prueba a los niños como tuvieron los ángeles, pero no sé que aval doctrinario tiene.
  7. humberto davila
    el alma de los abortados es un tema que ni los teólogos saben, si el bautismo es necesario para la salvación pero la misericordia de Dios es infinita, nadie sabe el destino de esas almas , en una homilía del padre Antonio fortea habla que el alma de los niños abortados son catequizados por los angeles y ellos deciden , Dios respetando el libre albedrio, depende la decisión si el alma del niño se le hablaba de DIOS o simplemente no lo escucho mencionar
    que bueno que se tome el tema porque es parte de la catequesis que tenemos que conocer para defender a los niños que tienen el derecho de conocer a DIOS como nosotros.
  8. Los abortados creo yo son bautizados en su propia sangre.
    Un abrazo.
    • Yo entiendo que para ser bautizado por sangre se debe derramar esa sangre por Cristo, como los mártires o los Santos Inocentes, pero los abortados no derraman su sangre a causa de Cristo.
      Sea como sea, pronto lo sabremos, unos más pronto que otros.
  9. J.M.J.
    Querido Padre, enhorabuena por el artículo, sobretodo porque ya era hora de que alguien “se atreviera” a meterse con un asunto tan delicado. A ninguna madre le gusta escuchar que el bebé que tanto anhelaba y que por alguna razón ha perdido la vida se fue al “limbo” y que no gozará de la visión beatífica. Suena realmente terrible, yo lo viví en carne propia con mi primer embarazo. Sin embargo, por doloroso que sea, confío plenamente en la misericordia de Dios, pero más aún en SU JUSTICIA. Quién soy yo, miserable creatura, para cuestionar la voluntad divina, Dios conoce cada alma, porque fue modelada con Sus propias manos, con Su propio amor infinito de Padre, y sabe que las almas de los que están en el limbo están mejor allí, tal vez si se les hubiera dado la posibilidad de pecar hubieran sido grandes pecadores, y estarían condenados sin remedio. A mí me da una inmensa alegría saber que ese hijo que perdí, fruto de nuestro amor, no puede, ni podrá jamás ofender a Dios Nuestro Señor, algo que no puedo decir con certeza de los cinco que felizmente he traído al mundo.
    Aparte, cada mujer puede pasar por innumerables abortos espontáneos durante su vida, y la mayoría de ellos pueden pasar absolutamente desapercibidos. Yo coincido plenamente con el comentarista que dijo que es este el gran mal del aborto, no que se prive de la vida natural a un ser humano (algo que ya es de por sí gravísimo), sino que se le prive de la vida supernatural, de la eterna, que se le quite a ese ser la posibilidad de ser bautizado.
    Cuales han sido los frutos de la puesta en duda del limbo?, muy sencillo, padres irresponsables que lo último que les pasa por la cabeza es bautizar a su hijo, y esperan y esperan incluso hasta que el chico entre a la escuela primaria… si ya no hay limbo, y la salvación está garantizada, para qué tanto apuro?. Busque cualquiera en la vida de los Santos (bueno al menos en “los de antes” la fecha de su nacimiento y la de su bautizo…. Nunca pasaban más de tres días. Era un obligación tan grande, que lo hacían los padrinos, la madre (que usualmente estaba convaleciente) no asistía al bautizo de su propio hijo, lo que realmente le importaba es que el pequeño se bautizara.
    Y mi última reflexión aunque muy dura, es que si las millones de víctimas del aborto están en el cielo, entonces debemos darle las gracias a los centros abortistas, que han logrado hacer lo que la gran mayoría de las iglesias no han podido…. sobre todo en estos tiempos en los que el limbo ha desaparecido.
    Perdone lo largo del comentario, es un tema que me toca de cerca, y que como lo dije, me alegra que alguien lo haya abordado sin tapujos y con la sana doctrina.
    El Señor le bendiga,
    In Cordibus Iesu et Mariae,
    Anna
  10. Entiendo que ante la evaluacion teologica a traves de los siglos por la Iglesia, en una posicion de valorizar el pensamiento de los concilios y pensadores cristianos del pasao y presente, tendriamos que decir que solo Dios sabe. Por consiguiente se debe cumplir y seguir con el mandato de Cristo ; bautizar a toda creatura en el nombre de la Santisima Trinidad. Esa es la mission de la Iglesia . Hacer otra cosa es evadir este mandato Divino y seria producto de la idea ” todos se salvan ” ya no hace falta el bautismo , no hace falta evangelizer , pues son tiempos modernos y Dios es misericordioso , como dijo usted Padre Lucas sobre la gratuidad de la salvacion. Entonces nos queda por preguntarnos para que estan los Sacramentos , el Sacerdocio y por consiguiente los Obispos y toda la fundacion de la Iglesia y su verdadera doctrina., si todos se salvan. Creo que se aproxima la eliminacion y modificacion de los sacramentos y la verdera doctrina de Cristo contenida en las Sagradas Escrituras y la Sagrada Tradicion oral. Son tiempos dificiles el humo de satanas esta oscureciendo el brillo de la Iglesia , se esta propagando rapidamente y llego a la cumber de la Iglesia.
  11. Queridos Hermanos y Hermanas:
    Me gustaría que el Mismo R.P. Lucas Prados o Alguno de Ustedes me explicara con mayor detalle el Enunciado que Dice: “Para Dios justicia y misericordia se identifican. Dios nunca puede realizar un acto de misericordia si por ello va en contra de la justicia”. En estricto rigor, hago saber desde ya que no creo en la “teología” modernista, pero sin embargo, como Joven y Converso Reciente a la Fe Tradicional que Soy (Abril de Este Año), todavía me surgen algunas dudas. Sin embargo, estoy dispuesto a no dar un paso atrás y a no volver al modernismo que abandoné hace casi dos meses. Y es precisamente esa razón, además de dar respuestas bien fundamentadas sobre Mi Fe a mis antiguos hermanos, ahora objetores, lo que me mueve a preguntarles este tema. Por eso mismo, le agradecería mucho al R.P. Lucas Prados o a Alguien de Ustedes en caso que me diera un mayor entendimiento acerca del porqué según la Doctrina Tradicional para Dios la Justicia y Misericordia se identifican.
    ¡Saludos y Bendiciones en la Santísima Trinidad y María Inmaculada!
    • Padre Lucas Prados
      El hombre a veces tiene que luchar en su interior para superar una aparente contraposición entre “ser justo” o “ser bondadoso”; en el caso de Dios esa contraposición no existe. Dios es simple, por lo que cualquier acto de Dios es justo y misericordioso al mismo tiempo. Nunca puede haber en Él una contraposición a la hora de tomar una decisión. Dios no se puede contraponer (debido a un acto de misericordia) a una norma que Él mismo dio en justicia.
      Si Dios, por ser misericordioso, tuviera que saltarse una ley justa dada por Él mismo, entonces no sería justo, lo cual es una contradicción in terminis, pues Dios es la justicia y la misericordia suprema.
      En Dios nunca puede haber contraposición entre dos virtudes, pues si la hubiera eso indicaría que su virtud es imperfecta y no es infinita.
  12. Padre Lucas Prados
    Respecto a qué es lo que ocurre con los niños que mueren abortados y aquellos que mueren antes de ser bautizados, la teología “de siempre” dijo que no había nada revelado. Esa fue la razón por la cual los teólogos, valiéndose de argumentos teológicos concluyeron que a falta de una Revelación divina al respecto, hacía falta crear un “llamado” limbo.
    A lo largo de la historia de la Iglesia siempre hubo “almas buenas” e incluso “visionarios” y “algunos teólogos” que pretendieron dar una solución a ese problema. Para ello dieron miles de razones tales como:
    a.- los niños recibirían un bautismo de sangre.
    b.- unos ángeles se presentarían a los niños y les propondrían aceptar/rechazar a Dios.
    Todas estas “hipótesis” no son más que hipótesis y buenos deseos. La realidad es que es un área en la que no tenemos muchos datos concretos sobre los cuales elaborar una doctrina diferente a la del Limbo.

    Una cosa que me ha llamado la atención en los comentarios es que nadie haya hecho mención a uno de los temas centrales del artículo y es ¿qué ha ocurrido con el Limbo? Dicho de otro modo. ¿Por qué tanto interés en la teología moderna de eliminar el Limbo y de hablar de la infinita misericordia de Dios? La única razón es para “acreditar” la teoría de los “Cristianos Anónimos” de Rahner. La cual a su vez da entrada a la salvación, independientemente de la religión que uno practique, la falta de necesidad de los sacramentos para la salvación, un ecumenismo totalmente anticatólico…. Y todas estas verdades son dogmas de fe. Es por ello que es difícil anular el Limbo y seguir siendo fiel al Magisterio de la Iglesia.
    • Denzinger 1526
      “Respecto a qué es lo que ocurre con los niños que mueren abortados y aquellos que mueren antes de ser bautizados, la teología “de siempre” dijo que no había nada revelado. ”
      Sin embargo, la declaración de Pío VI condenando los errores del sínodo de Pistoia, que se puede encontrar en el punto 1526 del Denzinger, no puede ser más solemne y tajante: afirmar que no existe el Limbo es una proposición falsa y temeraria. Es parte del Magisterio. Luego el Limbo existe. Ahora bien, respecto a los detalles, los teólogos podrán hacer sus conjeturas.
  13. humberto davila
    a si es padre todo nos lleva al ecumenismo que hoy tenemos don la mayoría de los sacerdotes de mi región creen que todos se salvan no importa religión o secta, unos dicen que debemos aprender de ellos y que son mejores que nosotros .
    dijo mi señor Jesucristo a mi regreso encontrare fe
  14. Padre Lucas: La frase “Dios nunca puede realizar un acto de misericordia si por ello va en contra de la justicia”, no la acabo de entender.
    Si fuera por pura justicia, posiblemente nadie se salvaría, por tanto cualquier salvación iría en contra de la justicia. Considero que su frase es poco afortunada.
    Por otro lado el primer santo, san Dimas, es una prueba que, cuando el pecador se arrepiente, la misericordia de Dios está muy por encima de su justicia ¿no ?
    • Padre Lucas Prados
      Estimado Fred
      Los conceptos de justicia y misericordia en Dios están muy claros en cualquier tratado serio de Dios Uno y Trino. Le ruego vaya a cualquiera de ellos. Son conceptos básicos pero complejos, y éste no es el lugar de ponerse a explicarlos.
  15. La Misericordia es inherente a la Justicia, pues ¿si no hubiere Justicia de qué se tendría Misericordia?. Dios puede aplicar la pena pero como dice el texto bíblico: “Yo a los que amo, los reprendo y los corrijo”, de mod que, como buen Padre, Dios busca por Misericordia imponer penas temporales para precisamente evitar la pena eterna, es decir, el Infierno, en esto consiste el que “Dios quiere que todos se salven”. Sin embargo. Dado que el tema aquí en cuestión es el Limbo, creo que el artículo se explica muy bien per se. La Salvación es un regalo que para adquirirlo se deben cumplir con ciertos requisitos (Cumplir los mandamientos, llevar una vida Sacramental y de oración activa), la salvación no es un derecho, no se trata de sufragios o una visión democrática del Cielo. Al Cielo sólo van los justos, es decir, los que cumplieron los mandamientos, los que amaron al Señor, como dice Jesús en el Evangelio de Juan: “verdaderamente me amáis si cumplís mis mandamientos”; “el que cumple los mandamientos ese es el que me ama”. Siento de verdad pena ajena por los que buscan una salvación Kasperiana, una falsa misericordia en donde Dios te ama “como eres” y no te exige cambio ni enmienda en nada. Siempre me viene a la mente la parábola del hombre que salió a buscar trabajadores para su viña, unos llegaron en la mañana, otros al mediodía y otros al atardecer y todos recibieron la misma paga, pero creo que a muchos se les pasa por alto que indistintamente a la hora en la que llegaron, TODOS TRABAJARON POR ESA PAGA, es decir cumplieron lo que se les pidió… Dios les Bendiga a todos
  16. Yo también carezco de pruebas para demostrar la existencia del Limbo. No obstante, en el catecismo del P. Ripalda aparecía una pregunta que da alguna pista, y era la siguiente : ¿ Qué significa que Jesucristo ” descendió a los infiernos ” ? R.: Quiere decir que descendió no al lugar de los condenados, sino al Limbo donde estaban los justos. Más adelante aclara el mismo catecismo que ” el Limbo es es lugar a donde van los niños que mueren sin bautizar “. Y en los tiempos actuales de asesinatos masivos de niños en gestación esto es una verdad que no le interesa escuchar a nadie, y a Satanás menos. Su misión es reducir el reino de Dios aniquilando a los niños creados para su Gloria y llevando consigo al infierno a los que participan en tan abominable crimen.
    Basta que nos quedemos callados y las cosas sucederán según los designios de Satanás y sus sicarios. Pero el mal se ahoga con la abundancia de bien. Pienso, más bien creo, en el Bautismo de Deseo. Puedo rogar al Señor que acoja misericordioso en su seno a los niños abortados, redimidos con la Sangre de Jesucristo derramada en la cruz y purificados con el Agua que brotó de su divino costado. Y cuando mi oración surta efecto aquellos niños, ahora en el Cielo, serán mis eficaces intercesores. Y es lógico también que, primeramente, han de pedir por sus madres junto a las que anhelarán gozar con ellas en el Cielo.
    Nada de esto interesa al demonio pues lo suyo no es, desde luego, hacernos felices en este mundo; todo lo contrario, pues ya lo decían los santos ” el camino del infierno es ya un infierno”. Así qué cuanto menos se hable de estas cosas, mejor. No vaya a ser que a algún sacerdote se le ocurra invocar a estos mártires inocentes al comenzar la Misa, en la oración de la Preces o en la Plegaria Eucarística.
  17. Luego del juicio final, cuando se cumpla la resurrección de los muertos. ¿en que condiciones resucitarán estos niños? ¿tendrán conciencia ya?
    • Supongo que tendrán la misma conciencia que aquellos que ya nacidos murieron siendo bebés pero después de haber recibido el Bautismo, y prácticamente la misma que aquellos que fallecieron al poco de recibir la Primera Comunión.
      “Dejad que los niños se acerquen a mí” (Mt 19, 13).
      • Lamentó haber pasado por alto a los niños de Belén, de dos años para abajo, degollados por orden de Herodes y que desde entonces la Iglesia venera con el nombre de Santos Inocentes. Sumamente esclarecedor.
  18. Muy interesante la observación realizada por Marcos.
    Según las especulaciones ¿quienes están en el limbo ignoraran por siempre la existencia de Dios, y por tanto no añoraran a Dios?
    ¿Felices seres, de una distinta y fijada naturaleza, incapaz de ofender a Dios, pero sin sobrenaturalidad?
    Porque abra que agregar a la ecuación el dogma de la resurrección de los muertos y el juicio final que afirma la resurrección de todos, justos e injustos serán juzgados según sus obras.
    Es decir todos verán a Dios, unos verán al Redentor, otros verán al Dios justo que los sentencia al infierno.
    En la resurrección las almas del limbo verían a Dios, pero no podrían ser juzgadas por carecer de pecados personales.
    Haber sí alguien es tan amable de clarificar.
  19. Creo en la existencia del Limbo, y que al fin del mundo, sólo habrá Cielo o Infierno. Al fin del mundo, las almas del Limbo tendrán un pleno contacto con Cristo que les dará la gracia para entrar al Cielo.
  20. Padre Lucas Prados
    Queridos amigos:
    Por muchas de las respuestas que he podido leer (no todas), nos movemos más por lo que nos imaginamos o nos gustaría que ocurriera que por lo que el Magisterio de la Iglesia nos enseña y que aparece revelado en la Sagrada Escritura y en la Tradición.
    Como respecto al Limbo no hay nada revelado, lo único que podemos hacer es esperar. Conjeturar teorías sobre si ocurrirá ésto o lo otro no son más que opiniones subjetivas que no tienen valor alguno.
    Cuando uno da opiniones ha de fundamentarlas en principios teológicos y no en lo que a uno le gustaría que ocurriera. Tenemos que aprender a hacer teología, y no caer en el error protestante del “libre examen”. Ahora estamos acostumbrados a opinar de todo y en todo; y eso cuanto menos no es muy inteligente. Y en lo que respecta a la teología, las verdades de fe no son opinables.
    En cuanto a la existencia del Limbo, dado que no hay nada revelado, y que es una conclusión teológica para poder salvar los principios en los que se sustenta ir al cielo o al infierno, lo único que podemos decir es que:
    1.- No hay nada revelado del mismo.
    2.- Es una conclusión teológica para poder conjugar los elementos teológicos que están en juego.
    3.- Los niños muertos sin bautismo y sin pecados personales no pueden ir al cielo porque no tienen la gracia de Dios; pero tampoco pueden ir al infierno porque no tienen pecados personales. Los teólogos concluyeron de ello en la conveniencia de fabricar un lugar llamado limbo donde estarían esas almas.

    Hablar de visiones que tendrían los niños no bautizados donde se arrepentirían,o que en ciertas revelaciones privadas se ha dicho que…, no son más que teología ficción sin fundamento cierto, por lo que nunca podremos apoyar nuestros argumentos y razonamientos en esas cosas.
    Dejemos a los teólogos hacer teología. Y en cuanto a nosotros, si queremos hacer pinitos teológicos, estudiemos más una sana y seria teología, estudiemos el Magisterio de la Iglesia con profundidad, hagamos oración y luchemos por la santidad… Y si después de todo eso, sacamos algunas conclusiones, bienvenidas sean.
    P. Lucas
  21. Un Dr. en sana teología, nos explicó en una plática sobre el limbo, que Jesucristo es el Sacramento Primordial, por lo que los discípulos no tuvieron necesidad de ser bautizados. Como dice el Evangelio de San Juan, quedaron limpios por acoger la Palabra de Jesús. Luego nos explicaba cómo enseña San Pablo que todos estamos predestinados a la salvación, sabiendo que, aunque estamos predestinados, todos tenemos que trabajar para llegar al Cielo. También nos explicaba, partiendo de lo que se podía sacar de la teología positiva, la conveniencia y necesidad de la existencia del limbo para defender varios dogmas.
    Nunca nos dijo el nombre, pero que en cierta ocasión leyó una tesis de un teólogo irlandés, quién, basándose en la teología escatológica y lo que enseña el Apocalipsis sobre el fin del mundo, concluía que al en ese preciso fin del mundo, solamente habría Cielo o Infierno y que, en base a que Cristo es el Sacramento Primordial, las almas que estuvieran en el limbo, al tener ese contacto con Cristo, en la resurrección final, quedarían limpios del pecado original y recibirían la filiación divina-adoptiva para ir al Cielo.
    Personalmente, veo en su exposición un equilibrio coherente que mantiene la defensa de los dogmas aceptando la existencia del limbo, y da un final coherente con el ser misericordioso de Dios hacia esas almas, y que no es imposible y es conveniente, fundamentándolo en la primacía sacramental de Cristo.
    No soy un teólogo y sé que esta conclusión, es teología especulativa que parte de la positiva, pero, aunque la Iglesia no se ha pronunciado plenamente en una conclusión así, es muy interesante en el marco de la Sana Doctrina y en el perfil Misericordioso de Dios Padre, “que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad.”
  22. ¿Es real el bautismo de deseo?
    Gracias